El Caso de la Exfoliación
Renovación de la Piel - El Caso de la Exfoliación
La piel saludable tiene un ciclo natural de renovación, que comienza con nuevas células formadas en los niveles inferiores de la piel (la epidermis) y continúa con su migración hacia arriba hasta el estrato córneo, o capa superficial. A medida que estas células se desplazan hacia arriba a través de las capas de la piel, cambian progresivamente de forma en un proceso llamado “diferenciación”. Comenzando como células jugosas y voluminosas, se aplanan y se secan lentamente durante el proceso de diferenciación, liberando su contenido, que incluye lípidos y proteínas que apoyan la producción del Factor Natural de Hidratación, en el tejido de la piel, manteniendo el órgano más grande del cuerpo hidratado, saludable y hermoso.
Finalmente, al final de su viaje, estas células se detienen en la superficie de la piel, formando una barrera fuerte compuesta de cáscaras duras, que anteriormente eran células vivas y ahora están esencialmente muertas, llamadas “corneocitos”. Allí protegen el tejido vivo debajo de ataques microbianos, agresiones ambientales, daños mecánicos y deshidratación. En última instancia, los corneocitos se desprenden de la piel en un proceso llamado “descamación”, haciendo espacio para que la siguiente generación de células migrantes ocupe su lugar.
A medida que envejecemos y/o la piel se vuelve poco saludable bajo condiciones de mala nutrición, este proceso de renovación se ralentiza y se vuelve ineficaz. Los procesos de diferenciación también se vuelven lentos y alterados, resultando en una menor producción de Factor Natural de Hidratación, dejando la piel seca, deshidratada y con una barrera debilitada. Aquí es donde entra la exfoliación.
La exfoliación es el proceso artificial o EX-terno de descamación. Cuando se realiza correctamente, la exfoliación indica a la piel que vuelva a un ciclo de renovación saludable y juvenil. Es muy similar a ir al gimnasio: cuando levantas pesas y sientes ese ardor, estás creando un trauma leve en los músculos para fomentar su crecimiento. Alterar las células de la piel con exfoliación funciona de la misma manera en que el ejercicio altera las células musculares: ¡ambos resultan en crecimiento y reparación!
Dato curioso: el ardor que sientes al hacer ejercicio se debe al ácido láctico, el mismo tipo utilizado en la exfoliación tópica.
Estudios recientes han demostrado que una exfoliación adecuada no solo acelera el proceso de descamación, sino que también engrosa la epidermis e incluso la dermis, resultando en una piel más saludable y resistente.
…y esa es La Verdad. ~Ben